La Secretaría de la Honestidad en Guanajuato es tan transparente… que no se ve. La narrativa que se ha construido alrededor de esta dependencia, encabezada por la irapuatense Arcelia González, parece un guion de historieta que cada vez sorprende más.

Hace unos días, el periódico Correo publicó un reporte oficial de la propia Secretaría de la Honestidad. En él se informaba que, entre enero y septiembre de 2025, se habían presentado 971 denuncias contra funcionarios estatales y municipales.
El mismo documento O-FI-CIAL señalaba que, de ese total, solo 14 expedientes habían terminado en sanciones. No se aclaró si fueron despidos, arrestos o simples llamados de atención. Lo cierto es que apenas el 1.44 % de las denuncias concluyó en una sanción comprobada.
OJO: uno de los valores que esta Secretaría presume es “fomentar la confianza de la ciudadanía en la función pública”. Pero la realidad está lejos de esa fantasía.

Por eso abrieron un buzón ciudadano para que usted o yo presentemos quejas sobre abusos, omisiones o tranzas cometidas por servidores públicos. Sin embargo, vamos de regreso al reporte oficial.
Tras la publicación del periódico, ¿qué cree que pasó?
La burócrata Arcelia González salió a desmentir… a su propia dependencia.
Aunque usted no lo crea, afirmó que los 971 casos reportados eran FALSOS. Dijo que ella tenía “otros datos”, como ya sabe quién, y que los números entregados vía transparencia al medio estaban equivocados.
Según Arcelia, no eran 971 denuncias, sino 791. Un error que uno esperaría de un alumno de primaria con dislexia, no de una dependencia creada para garantizar un “nuevo comienzo” y transparencia absoluta.
Recordemos que esta secretaría es una creación de la gobernadora Libia Dennise, diseñada para demostrar que en Guanajuato no hay tolerancia a la corrupción.
Pero lo que sigue es todavía más grave.

¿La falta de sanciones se debe a omisiones?
¿O será la ineficiencia la que impide que esta dependencia funcione?
Son preguntas, no acusaciones. Reflexiones al puro estilo de Conspirando.
El caso Mariana Rocha Belmonte: incompetencia con sueldo del erario

Les cuento ahora la historia de Mariana Rocha Belmonte, actual directora de investigación de la Secretaría de la Honestidad.
Antes trabajaba en el Congreso del Estado como “asesora parlamentaria del PAN”, donde parte de su tiempo lo dedicaba a burlarse de las iniciativas del Verde. En redes llegó a decir que su tarea era “matar las iniciativas del Verde”.





Su jefe en 2019, Jesús Oviedo, minimizó el tema llamándolo una “imprudencia juvenil”.
Pero la comunidad conspiradora dice que a Mariana le pasa lo mismo que a la Selección Mexicana:
Le dan pase a gol… y la falla.

Un caso que exhibe su negligencia
El 10 de diciembre de 2024, un ciudadano denunció a un servidor público que usaba un vehículo oficial para asuntos personales. No solo lo dijo: presentó evidencias.




El señalado:
Diego López Rodríguez, trabajador del Centro de Conciliación Laboral del Estado de Guanajuato.
¿Para qué usaba el vehículo oficial?
Para su negocio de frituras y tacos dorados.
Pasaron dos meses sin respuesta. El ciudadano volvió a escribir el 4 de febrero de 2025… y NADA.


Volvió a insistir porque el funcionario seguía usando el auto oficial como si fuera suyo.
Finalmente, ocho meses después, llegó la respuesta. ¿Y qué contestó Mariana Rocha?
Que no había elementos para acreditar una falta administrativa, a pesar de fotos, evidencia, ubicación y detalles del vehículo afuera del negocio.

Es imposible creerlo. Esto es incompetencia y negligencia en su máxima expresión.
Por cierto: Diego López Rodríguez trabajaba en el mismo lugar donde Mariana laboró años atrás.
¿Coincidencia? ¿Compadrazgo? ¿Protección interna?
Cada quien saque sus conclusiones.













¿Cómo quieren que la ciudadanía confíe en sus instituciones si, con todas las pruebas sobre la mesa, la directora de investigación dice:
“Aquí no pasó nada”


Esta burócrata negligente —que presume su amistad con Alejandro Sierra y la gobernadora— no solo debe ser sancionada… debería ser despedida.
He dicho.
El Pinche Fiscal está enfermo: sufre de negación aguda
El Pinche Fiscal de Guanajuato, Vázquez Alatriste, también sigue sorprendiendo.

No por disfrazarse de charrito el 15 de septiembre o cantar con mariachi mientras sus subordinados lo aplauden como si fuera Nodal.
Lo sorprendente es que, tras anunciarse un hackeo, minimizó el asunto, diciendo que solo habían robado “250 GB” y que no era nada.

Pero la realidad es distinta.
Los piratas cibernéticos comprometieron la plataforma completa de la Fiscalía General del Estado.
Un virus ingresó, borró y sustrajo datos. Tan grave fue que los trabajadores estuvieron una semana sin poder usar sus computadoras ni sus celulares personales dentro del área.
Después, un memorando advirtió que el sistema se había contaminado desde la red WiFi y que todo debía revisarse a fondo.

¿La respuesta del Pinche Fiscal?
Negarlo todo. Como niño atrapado en una travesura aplicó:
“Yo no fui”.
Mientras tanto, trabajadores del área de sistemas están al borde del colapso por la presión y el riesgo de que la información —la mega data de la Fiscalía— esté comprometida.

No es un asunto menor.
Los hackers no juegan.
Y sus tiempos no son como los de los burócratas.
En cualquier momento pueden salir los trapitos al sol…
A menos que ya hayan pagado el rescate.
Pero claro, el Pinche Fiscal lo negará todo: es su especialidad.

Es cuanto.



